La necesidad de que las organizaciones se transformen digitalmente ha aumentado enormemente. Según una encuesta de BCG, esta urgencia casi se ha duplicado. Te contamosqué esla mentalidad cloud-native y cómo ésta contribuye a la transformación digital.
Muchas organizaciones sufren en sus procesos de transformación digital, pero la necesidad de cambio sigue creciendo. Los sistemas y las formas de pensar anticuadas sobre la arquitectura de datos suelen ser los culpables. Estos retos pueden superarse con una mentalidad cloud-native (algo más que migrar a la nube) y dejando que los datos fluyan de forma natural por la organización, permitiendo que estén disponibles para todos los empleados.
La solución: sistema de colaboración nativo en la nube y democracia de datos
Estas dos soluciones son demasiado extensas para abarcarlas en un solo artículo. Sin embargo, antes de hablar de lo que es la democracia de datos, es importante entender los efectos de una transición al trabajo en la nube.
En primer lugar, el trabajo orientado a los datos no tiene que ver con los datos en sí mismos. Los datos son el combustible para aumentar el ritmo de aprendizaje, así como la magnitud y la velocidad de la toma de decisiones. Si una organización empieza a trabajar con enfoque en los datos, las posibilidades de tener éxito aumentan.
McKinsey afirma que es 23 veces más probable captar nuevos clientes con el uso activo de los datos, se tienen 6 veces más probabilidades de mantener a estos clientes y es 19 veces más probable que el proceso sea rentable. Estas cifras también están respaldadas por un informe de Forrester que dice que las organizaciones impulsadas por los datos crecen un 30% al año.
La cuestión ya no es si hay que cambiar o no, sino cuándo hacerlo.
Todo esto suena muy prometedor, pero ¿por qué el 80% de las organizaciones fracasan en esto?
Como suele ocurrir, los factores más importantes son la estrategia y la poca comprensión sobre la relevancia de los datos por parte de la alta dirección (enlace). Si una de las primeras preguntas es: "¿Cuál es el ROI de los datos?", entonces sabes que no han entendido el tema ni la urgencia de transformación en la organización. La cuestión no es si hay que cambiar, sino cuándo. La compañía no puede quedarse atrás mientras:
La competencia se sigue transformando y desarrollando
Las expectativas de los clientes cambian con frecuencia
La demanda se adapta constantemente
Las innovaciones tecnológicas dentro de tus procesos empresariales principales te obligan a cambiar, y de forma inmediata. La centralización es siempre una reacción en cadena cuando una organización se centra en la excelencia operativa.
Aplicar la arquitectura de datos adecuada
Muchas organizaciones tienen muchos datos disponibles, pero el acceso es limitado. La cuestión crucial es: ¿aplican la arquitectura de datos correcta para que los datos fluyan libremente por toda la organización, poniéndolos a disposición de todos?
La arquitectura actual más recurrente se basa en la centralización de los datos de los sistemas core, gestionados y controlados por una organización central. En otras palabras: no todo el mundo tiene acceso a los insights adecuados para aprender o crear predicciones.
Desde el punto de vista de la excelencia operativa, esta es una buena estrategia, ya que la coherencia y la previsibilidad son importantes. Es un enfoque "seguro". Sin embargo, no es el mejor enfoque cuando se trata de aprendizaje, velocidad y escalabilidad, ya que la organización central se convertirá en el cuello de botella para la innovación. ¿La solución? Está en el medio, entre el caos y el control.
Resolver los síntomas sólo es útil a corto plazo. ¿El efecto secundario? Se ignora el problema principal, lo que provoca un círculo vicioso.
Las soluciones en IT suelen construirse de forma que puedan funcionar de forma independiente. Esta es una buena estrategia desde la perspectiva del proveedor, pero introduce otro problema: los datos se guardan en silos. Todas las soluciones informáticas guardan los datos a su manera, lo que provoca estos grandes silos de datos.
Mantener separados los sistemas de IT y los datos principales
Una posible forma de resolver este problema es la centralización, es decir, añadir un silo aún mayor (almacén de datos). Esto puede parecer la mejor solución, pero no ayuda a alcanzar los objetivos a largo plazo.
Para asegurarse de que los datos pueden fluir libremente por la organización, hay que mantener separados los sistemas informáticos y los datos principales. La tendencia resultante es la construcción de una arquitectura de microservicios.
La arquitectura de microservicios permite construir piezas individuales con su funcionalidad, que pueden desarrollarse, implementarse y gestionarse de forma independiente. Las funcionalidades, como un servicio de inicio de sesión, un servicio para crear una cuenta o un servicio de pago, pueden reutilizarse fácilmente y combinarse para crear posteriormente nuevas soluciones.
Para mejorar el flujo de datos, es fundamental establecer nuevos patrones y estrategias de uso de los datos. En una situación ideal, los departamentos de la organización son propietarios de los servicios que mejor conocen, y el servicio incluye todos los datos de una relación productor-consumidor. Cada producto de datos está bajo la responsabilidad del equipo que tiene más conocimientos sobre esos datos en concreto. La producción de datos estará distribuida y descentralizada, para evitar los silos cerrados. Esto se llama "democratización de los datos". Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿por dónde hay que empezar? En este blog, nuestro colega Hayo van Loon explica cómo se puede llevar a cabo.
Para que el servicio pueda ofrecer la llamada "relación editor-suscriptor", hay que dar a todos los que tienen acceso a ese servicio acceso directo a los datos. Sin la intervención de un equipo central de datos. Esto también hace posible que el usuario aplique los datos a cada objetivo de innovación.
Este enfoque genera, según BCG, dos veces más valor, se multiplica por dos la velocidad de obtención de valor y es un 50% menos costoso. Lo sentimos si acabas de invertir ocho millones de euros en un "lago de datos". Pero créenos: hay una forma mejor de hacerlo.